Mi hijo me trajo este regalo, un delicioso pan cateto cocido en horno de leña, el estaba muy orgulloso de su trabajo y me explicaba como lo amaso, y como lo metieron en el horno.
Me sentí feliz con sus palabras, su entusiasmo y me alegro de haberle inculcado la afición por la cocina y la recompensa de comer algo elaborado por ti.
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